Si una palabra tiene diferentes acepciones, para comprender la es necesario hacer un recorrido explicativo por cada una de ellas. Esto es lo que a continuación se presenta en relación con el término encomienda.
El verbo encomendar quiere decir pedir o solicitar algo a algún, por lo que una encomienda es aquello que se solicita a otra persona para que lo realice y equivale a la palabra encargo (tengo una encomienda para ti y me gustaría que la realizaras lo antes posible).
Si alguien se pone en manos de Dios y acepta su designio, se encomienda a Dios, ya que encomendar significa igualmente poner a algún o poco bajo el cuidado de otro. De esta forma, se podría decir “te encomiendo a mi perro para que te ocupes de él mientras estoy de vacaciones”.
Una encomienda es también un envío concreto (por ejemplo, un paquete destinado a alguien) y que generalmente se realiza a través de algún servicio de distribución, por ejemplo el sistema de correos de cada país. Si bien en España no se utiliza este término, en América sí es muy común (envío de encomiendas, seguimiento de las mismas, etc).
La encomienda como institución
En el contexto histórico de la colonización española de Latinamérica, surgió una institución, la encomienda. Consistía en la autorización que alguien recibía del rey de España para cobrar impuestos a los indios que trabajaban en sus tierras. Quien recibía esta autorización como un privilegio era el encomendero. De esta manera, el encomendero se convertía en el propietario de los indios que estaban a su cargo, pues trabajaban en régimen de esclavitud.
Los esclavos pagaban sus tributos normalmente en especie, es decir, con el producto obtenido con su trabajo. A cambio de recibir este privilegio otorgado por el rey, el encomendero estaba obligado a mantener a los esclavos, tanto material como espiritualmente.
El tributo que recibía el encomendero servía para gratificar su colaboración en la conquista de un territorio y en la dominación de la población. De esta manera, la encomienda significa que un grupo de indígenas eran encomendados a un español que se convertía en su dueño.
La encomienda como institución se fue debilitando con el paso del tiempo y en el siglo XVlll se había extinguido en la mayoría de colonias americanas. Si bien las causas de la decadencia de esta institución son complejas y diversas, hay una que destaca sobre las demás: los abusos de poder de los encomenderos sobre la población indígena sometida. Esta realidad hizo que los indígenas sometidos fueran perdiendo su identidad como pueblo, pues hay que tener presente que el indígena que se encontraba bajo el dominio del encomendero tuvo que renunciar a sus creencias religiosas, a su lengua y a su civilización.
